5º El Museo del Prado inaugura doce salas dedicadas a la pintura del siglo XIX
Desde el 6 de octubre la pintura española del siglo XIX ocupa la planta baja del edificio de Villanueva. De esta manera el Museo del Prado exhibe de forma permanente obras imprescindibles de su colección. Los grandes cuadros de Historia, los retratos clasicistas y las primeras aproximaciones a la pintura moderna componen un interesante recorrido que va de Goya a Sorolla.
El fusilamiento de Torrijos pintado por Antonio Gisbert en 1888 cierra el paréntesis que en 1814 abriera Los fusilamientos del 3 de mayo. Ambas pinturas coinciden en situar al héroe en el centro de la Historia. Frente a los mártires, sujetos al designio divino, los héroes luchan y mueren por la libertad. Estas pinturas nos hablan de un siglo convulso en el que se inician las principales transformaciones políticas, sociales y culturales de la modernidad. Entre ambas, obras de Eduardo Rosales, Francisco Pradilla, José de Madrazo o Vicente López nos presentan las distintas propuestas por las que transita la pintura decimonónica. Romanticismo, clasicismo, costumbrismo y luminismo.
Ya de 1910 Los chicos en la playa de Sorolla cierran un ciclo de la Historia del arte que el Museo del Prado traza sala a sala desde el Románico. No es todavía una pintura de vanguardia, pero esta obra de Sorolla pertenece ya al nuevo gusto del siglo XX.
